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Machismo Público en películas románticas

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Hace unas semanas se causó un gran revuelto en Twitter por un comentario que una usuaria de esta red social publicó. El tweet en cuestión era el siguiente:

 Y sí, yo me indigné. Porque este tweet apareció justamente en la misma semana en la que se trataba el caso de la supuesta violación de una chica en Málaga, y creer que te inviten a café era machismo, en esos momentos además de una tontería, era una falta de respeto. Lo curioso aquí no es que la autora del tweet quedara mal, sino que consiguió destapar a miles de machistas que se dedicaron a insultarla, como explican en el artículo de Yorokobu.

En este caso se le podría haber rebatido su comentario de mil maneras, pero no hacía falta en ningún momento llegar a los insultos. Finalmente los usuarios que la atacaron quedaron peor retratados que ella con el famoso tweet.

Aunque lo cierto es que gran parte del hashtag de Machismo Público esconde cierta hipocresía. Hipocresía fomentada por miles de películas románticas llenas de grandes gestos románticos que traducidos al día a día nos darían bastante miedo.

En la vida real no existe Ryan Gosling. No, ese actor de la pantalla no existe salvo en Hollywood, salvo en las películas como El diario de Noah o Crazy Stupid Love. Creemos que es fantástico por las cosas que leemos sobre él en las revistas, por sus entrevistas, sus interpretaciones y la verdad es que el tío mola. Paró una pelea en mitad de la calle después de salir del gimnasio y ni se inmutó. Es cool hasta decir basta.

Pero a nosotros nos enamoró en El diario de Noah y nos creemos que Gosling es Noah, que es ese enamorado eterno capaz de subirse a una noria y arriesgar su vida por la mujer que ama, pero es ficción, cine, romanticismo que trasladado al mundo real sería considerado como Machismo público. ¿Acaso no es machismo público que mientras estás con un amigo en la noria, un joven se te cuele y diga que se tira de la noria si no sales con él? Es machismo público y chantaje. Pero todas caímos en ese gesto romántico porque claro, es Ryan Gosling.

Estás tan tranquila tomando una copa con una amiga cuando el guaperas del sitio se te acerca dispuesto a que caigas ante sus encantos. Le dices que no cortésmente pero él no admite un no por respuesta porque es lo mejor que te va a pasar en la vida. Se pone chulo, imbécil, se cree mejor que nadie, se cree que todas las tías quieren acostarse con él y no se traga tu actitud de dura. Tú quieres y él lo sabe. A pesar de tus noes, él se sienta a tu lado, entabla conversación y, finalmente, te tienes que marchar de allí para no aguantarlo más. Situación que habrá pasado en más de una ocasión a alguna fémina. Pero, ¿y si es Ryan Gosling? Entonces nos morimos, ¿no?

El caso es que en realidad por mucho Gosling que se precie, si un desconocido se acerca de esta forma a una chica lo más posible es que se vaya a casa solo. Personalmente si un galán de este tipo se me acerca, reaccionaría como Emma Stone, cogería mi bolso y me largaría. Ya de por sí los guapos no terminan de atraerme mucho, no es que me gusten los feos, pero los hombres cuasi perfectos pues no. Y si encima van de chulos pues ya sí que nada de nada.

Pero el cine se empeña en hacer creer que los gestos románticos son lo mejor del mundo y mira no. Las cosas se hacen con más cerebro. Así que chicos aquí va una serie de consejos:

Si acabas de conocer a una chica en el tren y le has caído en gracia no hagas un Jesse y no le preguntes por su primer acto sexual. Solo hace media hora que la conoces, el único motivo por el que Celine no le parte la cara es que se rige por un guion que se lo impide.

Si te haces pasar por médico y le miras las tetas a Anne Hathaway, como hace Jake Gylenhaal en Love and other drugs, ella no acabará enamorándose de ti. Ella reaccionará como en la escena de la película, te montará un numerito en medio de la calle, te insultará, te pegará, te mandará a la mierda y no la volverás a ver nunca.

 

Abrirle la puerta desnudo a tu vecina tampoco es buena idea, pero has visto What’s your number? y a él le sale bien. Él es Chris Evans y muy posiblemente si a una chica en su vida le pasa esto con un vecino, lo único que se va a encontrar es al tío gordo desnudo de Friends. Lo de abrazarle y aprovechar para tocarle el culo tampoco es buena idea y esa foto tan divertida que te has hecho en la bañera quédatela tú y bórrala antes de que te la suban a Internet, aunque muy seguramente nadie te insultará como lo han hecho a Jennifer Lawrence.

Hacer un Love of lesbian y cantar desde la calle Incendios de nieve a la chica que te gusta suena maravilloso, yo escribí sobre ello, y a Lloyd Dobler le fue tan bien que ahora esa imagen se ha convertido en todo un icono. Pero no se te ocurra hacerlo si no estás seguro de lo que siente la chica por ti porque aunque ese gesto nos parecen súper romántico seguramente estamos pensando que alguien contreto lo lleve a cabo. Y si lo lleva a cabo, a lo mejor eso de despertarnos a las tres de la mañana cuando nos despertamos en unas horas para ir a trabajar pues no nos va a gustar tanto como piensas.

Las mujeres casadas y prometidas son un no. El cine te ha hecho creer en los momentos de novia a la fuga a última hora pero esas cosas no se dan. Las mujeres, la gran mayoría, que se casan, lo hacen porque quieren. Así que no hagas un Benjamin y grites Elaine con todas tus fuerzas porque no te va a servir de nada. Solo le funcionó a él y a Abe Simpson, los demás no hagáis el ridículo.

Tampoco hagáis como Andrew Lincoln en Love Actually con el famoso cartelito de You are perfect to me, en realidad sí que puede funcionar porque tampoco voy a negar aquí que las infelidades no existen, pero si hace poco de la boda no creo que vayas a conseguir ni ese beso de compensación. Así que haz los carteles y guárdalos unos años, unos cuatro o siete, que dicen que ahí se entra en crisis.

Lo cierto es que la reacción que las mujeres solemos mostrar ante este tipo de atención no deseada suele ser la misma que tiene Kristen Bell en When in Rome cuando unos cuantos colgados acaban enamorados de ella. Porque por la calle los hombres decente, los Ryan Gosling, no existen, solo hay colgados y viejos verdes que te dicen guapa con un tono lascivo o te miran las tetas detenidamente mientras te dicen lo bonitas que son. (Lo sabemos, las vemos diariamente, no hace faltas que nos lo confirmen. Gracias).

Aunque he de admitir que personalmente las miradas (no a las tetas por supuesto) o los guapa por muy de viejo verde que sean no me suelen molestar mucho. Los ignoro y punto. Pero sí que deberían mostrar este tipo de personas cierta educación a la hora de acercarse o hablar a una chica, pero encuentro exagerado por ejemplo la campaña que se realizó sobre esta actitud con carteles que decían cosas como: “No quiero tu piropo, quiero que te mueras”.

Joder, ya ahí creo que es pasarse. Si un hombre mayor me mira y me dice qué guapa eres, pues vale tendrá intenciones perversas conmigo, pero por decirme guapa no le voy a desear la muerte. Creo que esa campaña se salió un poco de madre, y aunque la intención era buena, los mensajes terminaron exagerándose y volvió a suceder lo mismo que con el tweet. Por muy torpes y ridículos que puiesen ser de los mensajes, más lo eran las críticas que sus creadoras recibían.

El machismo público está en todas partes, pero no lo es todo. Que un chico intente ligar educadamente contigo no es machismo, decir que las actrices que posaron desnuda se merecen que se vean sus fotos por guarras, sí lo es o que toda la culpa es de ella, sí lo es.