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Enamórate de un espíritu libre, o no

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La película Las fuerzas de las naturaleza protagonizada por Ben Affleck y por Sandra Bullock tiene uno de los finales más poco convencionales de comedias románticas que conozco. ¿Dónde se ha visto que en una romcom comercial la pareja protagonista no acaben juntos?

Pero no acaban juntos porque no deben acabar juntos. Ben es un hombre que tiene toda su vida planeada, que sigue una rutina de vida normal, con su novia de hace años, su familia convencional, un trabajo estable y sus amigos alocados como los de cualquiera. No se plantea nada que cambie todo aquello que ha conseguido con los años o todo aquello que le ha ido dando la vida y no está a disgusto con ello.

Pero entonces aparece la alocada de Sarah, un espíritu libre que lo abordará cuando las circunstancias y las fuerzas de la naturaleza parezcan que empiecen a confabular en contra de que Ben se case con su novia Bridget. Ben y Bridget no tienen problemas, se quieren y se demuestra desde el primer minuto. No es la típica película que nos demuestra desde que empieza aquello de: es que en verdad siempre han estado mal. Ben y Bridget son perfectos el uno para el otro y ellos también lo ven así.

Pero Sarah es la fantasía de cualquier hombre, la fantasía especialmente de cualquier hombre que vive de forma sedentaria, que lo tiene todo planeado, que no se deja llevar, que no se arriesga. Sarah se ha casado dos veces, tiene un hijo que vive con su ex, es capaz de viajar con un extraño al que no conoce de nada, fingir que es otra persona para que la lleven en un viaje de autobús, hacer que un chico haga un striptease para sacar algo de dinero, jugar bajo la lluvia, bailar como una loca…

Y Ben duda sobre su futuro matrimonio porque empieza a sentirse atraido por esa desconocida. Pero Sarah no es más que una fantasía, la quiere porque es lo que no tiene, lo mismo que si estuviera con Sarah echaría de menos la estabilidad que le aporta Bridget. Porque la espontaneidad de Sarah, sus locuras tan divertidas, su actitud “cool” como dice Ben (y que tanto me recuerda a esa descripción que dan en Gone Girl) en realidad son síntomas de que Sarah es una persona inestable. Por eso Ben al regresar a casa, al ver a Bridget, encuentra otra vez la paz y ya se olvida de todas las señales de la naturaleza, de los comentarios de los conocidos que le meten miedo sobre el matrimonio o de la propia fantasía que le ofrece Sarah, porque cuando mira a Bridget por fin se encuentra bien.

Sabes que estás a gusto con alguien en el momento en el que cuando los problemas te acechan, estás estresado, agobiado, cuando el mundo se te viene encima, esa persona con solo un abrazo consigue que esas cargas desaparezcan. Sin embargo no todas las películas ofrecen esta visión y en casi todas, el chico acaba enamorado y consiguiendo el amor de esa chica alocada, esa artista conceptual que fotografía gotas de lluvia, que colecciona fotos de carné de desconocidos, esa actriz que vive todo apasionadamente…y seguramente si analizaramos a esos personajes descubriríamos que al final tanta espontaneidad y tanto espíritu libre sólo dejaban paso a una chica loca más.

PD: Además esta película también demuestra que las bodas son el mal.